21 de agosto de 2010


Santiago Rusiñol y la riera de Arbúcies


La Riera de Arbúcies es un paraje de belleza excepcional donde pasear se convierte  en un placer. Iniciamos nuestro paseo en la plaza de la Vila; bajamos las escaleras que llevan a la calle del Pont. Desde allí, pasamos por debajo de un túnel que se encontraba en nuestra izquierda. En el paseo Santiago Rusiñol (en la riera de Arbúcies) nos íbamos encontrando plafones que recuerdan el paso por Arbúcies de este artista modernista. Creo que aproximadamente unos ocho letreros reproducen algunos cuadros que Rusiñol pintó en sus estadas en la población. Lo más bonito (para quienes les guste la poesía o simplemente leer)...encontrarte una frase de Santiago Rusiñol. Disfrutar del paisaje que nos ofrece el paseo de la riera; es un paseo que fusiona la naturaleza más directa  con la poesía del modernismo.

" Hi ha homes que es passen la joventud
aprenent tres o quatre llengües, quan les saben,
no saben que dir-hi ".

" Hay hombres que pasan su juventud
aprendiendo tres o cuatro lenguas,
cuando las saben,
no saben que decir "
Màximes i mals pensaments LXXXIII ( Santiago Rusiñol )

14 de agosto de 2010

Descubriendo El Valle de Aran

Saut deth Pish: Impresionante salto de agua de más de 12 metros de longitud que está situado en un enclave natural de gran belleza, y al que se puede acceder en vehículo propio recorriendo una bonita pista asfaltada de 12 kilómetros paralela al río Varradòs, a la que se accede desde el Pont d’Arròs.

Muy cercano al  Saut Deth Pish ,  este bello lugar.  Idóneo para el relajamiento total y absoluto.Y continuando el camino...un caballo y  su cría sorprendidos porque unos forasteros irrumpen en su tranquilo hogar.
Oliver Sacks, neurólogo y autor, del libro " El hombre que confundió a su mujer con un sombrero "(1985). En este libro Oliver Sacks narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el mundo extraño y aparentemente irremediable de las enfermedades neurológicas. Libro muy recomendable.Aprovecho para recordar que Oliver Sacks es tambien autor del libro " Despertares " , obra llevada a la Gran Pantalla en 1990.

El "estresador" del Henares : extraído del blog : http://guadalablogs.blogspot.com/


Apreciados todos, seguidores de mi blog:

Esta vez me he permitido hacer un copia/pega de una entrada de un compañero-amigo bloggero cuyo blog es : http://guadalablogs.blogspot.com/.
Me ha encantado porque me he visto reflejada años atrás, cuando yo padecí  también el estres de la ciudad.

Tened en cuenta que, esta entrada es antigua, por lo que aparecen datos igualmente antiguos como:  habla del MP3 y de que una madre daba azotes a su hijo. Cuidado con esto ÚLTIMO, que hoy por hoy está PROHIBIDO.

Tomad una tila antes de leerlo !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Siempre corriendo para llegar antes. Mejor reposar, pensar, y no llegar tarde. Un vaivén de ciudadanos, válidos, hermosos, a veces cabreados, algunos enamorados, otros desalmados, muchos deshumanizados, que fijan las miradas en el de enfrente, en el de al lado, que hablan del otro, pero al fin y al cabo, desinteresados, y a la vez interesados en su propio destino. Da igual donde viaje, si es en transporte público, cercanías o continental, o incluso en su propio coche en un atasco. Usted siente ahora mismo que esas miradas que describo son las mismas que regala cada vez que gira la cabeza y mira, observa al vecino, sea de asiento, de carril o de andén. Muchas otras veces mira de reojo, e intenta hacer creer al resto que ignora lo que le ocurre al de al lado, incluso aun conociéndolo de vista, incluso aún sabiendo que sufre, incluso evadiendo de su propio pensamiento el "¿y si fuera yo ese ciudadano?"

Usted sigue leyendo su libro, escuchando la discusión de al lado sin prestar demasiada atención, o ensimismado con su música preferida que le regalan una pila alcalina y el reproductor de mp3 que lleva agarrado o colgado, y del que salen dos pequeños botones que están adheridos a sus orejas y que despiden ruido distorsionando el mundo real. En el atasco, su carril avanza, y los gritos mudos de la pareja del coche de al lado, desaparecen de su vista. Una mujer de color se prepara para bajar en la estación de la ciudad cervantina, regañando a sus 3 hijos porque, pequeños y ajenos al mundo, se dedicaron durante todo el trayecto a subirse por los asientos y a molestar a los pasajeros del cercanías destino Santa María de la Alameda, ese pueblo final de línea que nadie conoce, pero culpable de que siempre alguien le pregunte en Guadalajara que si el tren pasa por Atocha. Cargada con el cuarto hijo en sus brazos, azota el culo del mayor a la bajada del tren. Todos miran, pero nadie se inmuta. Solo al fondo del vagón, una joven, que lee un libro, levanta la vista y se sonríe. Un pasajero mareado vomita en la continental y nadie le ayuda ni avisa al conductor. El joven que juega con la consola portátil y con los cascos enchufados a ella a todo volumen, está a su lado, aunque entre medias está el vacío pasillo impregnado de tropezones; lo ve de reojo, pero directamente pasa, de la vida del de al lado que es parte de la suya en ese momento, por no perder la vida en el juego, pues está a punto de pasar de nivel, de humano a inhumano. Usted se acaba de dar cuenta de que el atasco era producto de un accidente en la mediana de la autovía, en la famosa curva que evita estrellar los vehículos en medio de Alcalá, y dejan por el contrario rodearla por el norte. El tráfico lento y curioso, mira torciendo el cuello la escena, y después de pasar por allí, acelera a fondo, excediendo los límites de velocidad porque otra vez llegan tarde.

Es un día cualquiera, es el stress que se vive en el corredor del Henares, de Guadalajara a Madrid, o solo hasta Alcalá, Torrejón, San Fernando o Coslada. Desde Madrid a trabajar a Meco, Azuqueca o Alovera. De Alcalá a Guadalajara. De Guadalajara a la Universidad, la de Alcalá o las de Madrid. De Alcalá a Madrid. De Madrid a Alcalá. Atasco. De Torrejón hasta pasar Alcalá, una eternidad... Retrasados para entrar a Atocha rodeados de raíles. Atasco. Disfrutar despacio de la Avenida América y descargar más viajeros, y esperar, a que algún coche deje salir a la continental otra vez a la autovía. Atasco. Y llegar a Madrid y correr más, pues está usted en la 3ª ciudad donde más rápido camina la gente del mundo, y que además en los últimos años se dedica a esconder sus histerias y miserias en los túneles de Metro y M30. Y volver a casa a descansar y volverse a atascar.


Aunque mire al vecino, oiga sus problemas y sienta que no son los suyos o piense que a usted nunca le van a pasar esas cosas, amigo, usted también está estresado, aunque a lo mejor, todavía no lo sabía. Cuando esta noche llegue a su destino, repose y piense. Y sobre todo, que el estrés no le deshumanice, porque si no, siempre llegará tarde a descubrir la vida. No es una amenaza, tómelo como un consejo de un amigo alcarreño que como usted, viaja cada día a su lado.