Y llegó la Fiesta Mayor ( segunda parte)

Ayer, entre fiestas y más fiestas y cenas y más cenas, y cuando mi grado de cansancio superaba todos los límites, decidí irme a dormir y descansar  y mañana será otro día.  Por suerte, y cosa extraña, pude dejar el coche en la misma puerta de casa. Y haciendo malabarismos con una fuente con pollo al cava , entré finalmente en mi hogar dulce hogar.

A la mañana siguiente, yo feliz y contenta porque me había recuperado de la paliza del día anterior le dije a Jordi que si le apetecía ir a jugar un rato al fútbol. Él que en cuestión de pelotas ( de fútbol ) nunca dice que no, nos fuimos para el pabellón de deportes.Pero...sorpresa la nuestra. El pabellón estaba cerrado. ¿ Y la LLAVE ?  Como no le preguntemos al maestro armero, aquí  nadie sabe nada. Y digo yo, está muy bien salir de fiesta etc,etc,etc, pero ¿  que pasa con las responsabilidades ? Al parecer  y por lo que he podido averiguar a posteriori,  en el pabellón ( propiedad del Ayuntamiento) alguien estuvo  organizando una macro-cena y como se les hizo " tarde " el tema recoger lo dejaron para mañana". Santa Paciencia, gracias por existir.

Y llegó la Fiesta Mayor !


Estamos de Fiesta Mayor en " mi pueblo ". Algunos quizá saben a la hora que salieron de casa pero casi seguro que después no recordarán a qué hora volvieron.
Cuando estábamos cenando hemos escuchado un jaleo tremendo. Trompetas, alguien que cantaba por un micro...  Sonido estridente del micro, o del cantante. Mirando el programa de la Fiesta Mayor observo : " 3er  Correbars ", creo que la propia palabra lo dice todo. A mí que me esperen sentados. Yo,  que soy mujer de secano, no necesito regarme demasiado pues si no me mustio. Y mustia pierdo el encanto.

Patricia: ¿Te acuerdas en nuestra época cuando nos íbamos tú y yo de fiesta  ? Bueno tú y yo y más gente. ¿ Y aquel día que dejamos a  Lulú ( tu perrita)  en mi casa?. En la terraza encerrada y a mi gato en el baño ? Estudiamos los movimientos con premeditación y alevosía. Y todo para que no se enteraran nuestros padres de que habíamos salido por la noche sin su consentimiento. Nosotras, aunque hubiéramos suplicado de rodillas para salir un día de fiesta, los intentos habrían sido nulos. Sólo nos quedaba el plan B: esperar a que ellos se fueran para actuar a nuestro aire. Y por ello llevamos a Lulu a mi casa para qué si ladraba allí nadie sospechara. Sin embargo si ladraba en tu casa porque tú no estabas, los vecinos raudos y veloces habrían acudido a hablar con tus padres a ver por qué demonios la perra ladraba tanto. De este modo, sospechas 0. Patricia, éramos unas cracks, no sé cómo a estas alturas no hemos conseguido un alto puesto en el Gobierno. Pues visto lo visto.

Y de momento, hasta aquí llego, son las 2:35 de la madrugada y como siga aquí mañana cuando se levante Jordi ( mi hijo) no entenderá porqué tengo tanto sueño.
Besos festivos para todos ...