9 de octubre de 2010

Desventuras en VIC ( Fuimos a VIC y no vimos VIC )

Este día más que ningún otro, tengo ganas  de expresar mis sentimientos. Hemos ido a VIC porque había la Conferencia " Aspectos psicosociales del Cancer " , para quien aún no lo sepa he comenzado este año el Grado de Psicología.La Conferencia, estupenda, "chapó " pero el resto un desastre. Yo, mujer legalista donde las haya que nunca cometo una infracción y que me llegan a lo más profundo del alma las injusticias, me ha pasado lo siguiente:
Estando en mitad de la Conferencia he salido  para poner más Euros a la maquinita en cuestión ( he aparcado en " zona azul " ) y como muchos de vosotros sabréis algún iluminado pensó poner un tope de una hora y media por lo cual tienes que estar de arriba para abajo para que no te multen. Menos mal que no he ido a la peluquería porque si no,  ¿ que tengo que hacer ? Salgo con una mecha si y una no ? ¿ Y si voy al médico y tenemos que esperar arduas horas ? Bueno ya no digo a sacarme una muela porque quizá tengo que decirle también al Odontólogo que me ponga la anestesia y que si acaso la muela ya me la sacarán más tarde que yo tengo que ir a poner dinero al parquímetro. Ah vale, ya sé, que el problema es que yo tenía que haber usado el transporte público. El Maravilloso Mundo del Transporte Público. Este tema ya lo dejamos para otro día que es más que archilargo.
Total, continuando con Mis Desventuras en VIC , después de que me pusieran finalmente la multa por pasarme de " la hora ", al ir al coche a poner el ticket en cuestión, me topé con  aquéllos espectaculares asfaltos por los que todos pasamos y pagamos pero nadie revisa. Y la  Gema de las desgracias, o sea yo misma, se ha caído al socavón. Y me he pegado una leche de muy señor mío que he visto el cielo en tres dimensiones. He entrado en el coche porque del golpe me ha cogido un colocón que ni que me hubiera comido unas setas alucinógenas y cuando me he recuperado un poco he vuelto divagando por la Rambla del Hospital de VIC. Curisoso también el nombre de la calle.
Por cierto, tengo que agradecer a las inmensas manos que han ido a socorrerme cuando he caído. Ah, no, no, con el golpe que me he dado en la cabeza no me acordaba, si nadie se ha dignado a preguntarme al menos, Disculpe, ¿ se encuentra usted bien ? El civismo cada día brilla más por su ausencia y esto no digan ahora que también es culpa de la crisis.